La coquizadora de Tula, Hidalgo, una instalación de Petróleos Mexicanos (Pemex), está prevista para entrar en producción completa a principios de 2025.
Esta planta, cuya construcción comenzó en 2016, tiene como objetivo convertir el combustóleo (un residuo del proceso de refinación) en gasolinas y diésel. Aunque inicialmente se estimó que estaría operativa en 2023, dificultades técnicas y financieras han retrasado su puesta en funcionamiento.
La obra estuvo envuelta en controversias, a raíz de las revelaciones sobre directivos de Odebrecht, de dar sobornos a funcionarios de Pemex para conseguir multimillonarios contratos con la empresa, había sido cancelada.
El costo actual de la coquizadora se estima en 60 mil millones de pesos. Su implementación es parte del esfuerzo por lograr autosuficiencia
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