Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural | 18 de diciembre de 2025
Vivir del campo y para él, es lo que sabemos hacer. Todos los días damos gracias a las plantas; ellas son como las personas, devuelven lo que nosotros les damos: productor de papaya, Asunción Martínez
Aunque su origen ha sido debatido durante años, es una fruta orgullosamente mexicana. Es dulce, suave, jugosa, de un color naranja muy particular y de un sabor que no se asemeja a nada. ¡Sí, estamos hablando de la Carica papaya!
Existen en el mundo distintas clases, variedades populares de acuerdo con la región donde se cultivan. Pero en esta ocasión, la Oficina de Representación de AGRICULTURA puso su atención en la producción de Julián Grajales, localidad perteneciente al pueblo mágico de Chiapa de Corzo, en Chiapas.
Es por ello que el equipo del Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (CADER) 01 Tuxtla Gutiérrez, liderado por el ingeniero José Luis Calero Olmedo, conoció a una pequeña, pero fuerte sociedad integrada por los primos Asunción Martínez Pérez e Ismael Martínez Madrigal, ambos productores de papaya maradol.
Historias de sabor y éxito
A manera de remembranza, Don Asunción cuenta que el campo ha sido su vida, herencia de su padre, quien labraba la tierra con maíz y frijol. Sin embargo, con el paso del tiempo se decidió a cultivar papayas porque cree que, en relación con otras siembras, ésta es muy noble y tiene menos pérdidas.
“Hubo un tiempo, donde me alejé del trabajo para salir a la ciudad y trabajar 15 años como vendedor de papaya. Ahí, recogía el producto y lo colocaba donde mi patrón lo indicaba; así fue como aprendí del negocio. Pero desde hace poco más de siete años decidí convertirme en productor e invertí todo lo que ahorré. Mi necesidad de trabajar y crecer, me sacó adelante”, recuerda.
Hoy, después de todos esos años, su huerto está compuesto por 12 hectáreas. Cada una de ellas, tiene dos mil 200 plantas sembradas, las cuales pueden llegar a producir hasta 80 toneladas.
En total hay aproximadamente 26 mil 400 árboles de papaya y cada árbol posee entre 40 y 60 frutos.
A pesar de ser una fruta atemporal, su cultivo es delicado y caro, dice Don Ismael, quien debe enfrentarse constantemente contra las enfermedades, insectos chupadores y plagas.
La virosis, por ejemplo, es el virus más agresivo contra el que luchan los productores Martínez. Ambos explican que es una enfermedad incurable, equivalente al cáncer, es contagiosa y se propaga a través de los insectos portadores.
Esto ocasiona que la planta se vuelva amarilla, pierda nutrientes, las hojas se pigmentan, lo que evita una buena producción de la fruta.
A pesar de tener un buen manejo de “insectos chupadores”, la fumigación es indispensable para mantener sano el huerto y, para ello, utilizan líquidos no agresivos para el ser humano.
Por otro lado, el clima es un factor decisivo, las plantas aguantan hasta 35 grados centígrados. Si esa temperatura se eleva, las plantas tienden a estresarse. Pero con el cambio climático de los últimos años, los primos Martínez han descubierto que las papayas serán redondas con las altas temperaturas.
Y pese a que las mermas comienzan desde la plantación, este cultivo les da una gran satisfacción. “Vivir del campo y para él, es lo que sabemos hacer. Todos los días damos gracias a las plantas; ellas son como las personas, devuelven lo que nosotros les damos”, expresa Don Asunción.
Una fruta con grandes rendimientos
Durante todo el año, los árboles dan la fruta. Pero es en octubre cuando ocurre el punto más alto de la cosecha y las y los productores llegan a recolectar hasta 30 toneladas por semana, contrario al periodo que comprende de noviembre a enero.
En este huerto, cada papaya cosechada puede llegar a pesar entre 2.5 y 3 kilogramos.
Son 15 familias las que viven de la siembra de papaya maradol, hombres y mujeres que llevan el sustento a sus hogares a través de este cultivo, cuyo mercado se encuentra en Tuxtla Gutiérrez. Es aquí, en la capital del estado, donde los Martínez comercializan su producto y otras 15 toneladas semanales son adquiridas por un comercializador de Tabasco.
Pero no es necesario ser un comprador mayorista, los primos Martínez también venden a cualquier persona que guste de pocas piezas. “Nuestro negocio no es específico para determinados compradores, todos son bienvenidos a nuestros huertos”, coinciden.
La papaya tiene un sinfín de beneficios para nuestra salud, consumirla fortalece nuestro sistema inmunológico, es maravillosa para nuestra piel, combate infecciones intestinales, promueve la digestión saludable, elimina parásitos, limpia nuestros riñones e hígado y, además, es un antioxidante natural.
Ahora tienes muchas razones para comprar papaya maradol en Chiapas y apoyar la economía de nuestras productoras y productores porque un campo fuerte… depende de todas y todos.
Boletín de prensa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
Fuente de la información: https://www.gob.mx/agricultura/articulos/papaya-un-cultivo-que-cambia-vidas-en-chiapas?idiom=es
