La estatua de Poseidón, el dios griego del mar, fue colocada en las aguas de Progreso, Yucatán. Su presencia ha desatado controversia entre los residentes locales, quienes creen que ha enfurecido a Chaac, el dios maya de la lluvia.
A pesar de las advertencias y supersticiones, turistas y curiosos acuden en masa para tomarse fotos con la estatua. Algunos incluso sugieren que la estatua podría ser responsable de la tormenta, alimentando el mito de que la furia de Chaac se ha desatado debido a la presencia de este intruso griego.
Los residentes locales han amenazado con destruir la estatua para apaciguar a Chaac y restaurar la paz en la región.
El huracán Beryl, el primero de la temporada atlántica de 2024, causó estragos en la península de Yucatán, pero la comunidad demostró responsabilidad ante el fenómeno meteorológico.
La historia de Poseidón y su inesperada fama en esta región es un recordatorio de cómo las leyendas antiguas y los elementos naturales se entrelazan en nuestra percepción del mundo.
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