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Por Cipriano Miraflores
Cuando un régimen político ha logrado ser dueño de mi atención y no de mi vecina, simplemente he perdido mi libertad.
Este régimen político lo hace de dos maneras: aumenta, hasta lo imposible, la fuerza de atracción del estímulo, por ejemplo, que tendré servicios médicos como en Dinamarca, que tendré mi casa, que aumentará la pensión a los señores grandes, que aumentará el salario mínimo, me aumenta la fuerza del salario mínimo, es decir, sus obligaciones los transforma en una gracia, en un favor, como amor. Luego me remata con la línea de mi acción: Amor con Amor Se Paga.
Pa su mecha, pues Ya Chupé FAROS.
La segunda manera consiste en debilitarme mi fuerza de voluntad libre. Es decir, convertirme en un verdadero idiota, imbécil.
Para sorpresa nuestra, este proceder está funcionando en nuestro país. Solo haga un experimento, platique con un chairo. O si usted es chairo no estará de acuerdo conmigo.
Así las cosas, si usted es libre, en vía de mientras sea usted rabiosamente feliz. Sola la libertad nos hace felices.
Por Kha llouro lou