Opinión de Cipriano Miraflores

El jefe de jefes
Por Cipriano Miraflores

La dimensión que ha adquirido la corrupción en México ya debe ser motivo de preocupación de todo mexicano bien nacido.

Ya no se habla de una o dos personas, de una institución, mucho menos de un grupo, de un partido, de parte de un gobierno o de un mismo gobierno.

Se habla de la corrupción de un régimen político, que ya son palabras mayores. El rompecabezas ya se completó. Los que supuestamente deben gobernar, son una asociación delictuosa.

En el régimen político de la 4T, donde quiera usted apretar, sale pus. En la federación, en los Estados, en los municipios, en la presidencia de la República, en las fuerzas armadas, en los partidos políticos, en los empresarios, sindicatos, en los medios de comunicación, en los Poderes Ejecutivos, Legislativos, Judiciales, claro con sus honrozas excepciones.

Esta situación es imposible ocultarlo, el cáncer de la corrupción ha invadido a todo el régimen político y pronto invadirá a todo el Estado si la sociedad no dice otra cosa.

Se dice que todo empezó cuando Rayito de Esperanza no quiso proceder contra un alto funcionario de su gabinete, ante pruebas presentadas por un viejo periodista amigo suyo y el círculo se cerró cuando una ministra de las recién ungidas, dijo que la Suprema Corte está para respetar al poder Legislativo y no para proteger y hacer valer a la Constitución. Es decir, proteger a este régimen.

Cuando escuché esto, me dije; ya se jodió mi país.

Pero además, todas las evidencias indican que Rayito de Esperanza es
Il capo dei capi, es decir, el jefe de jefes de todos los capos.

Así las cosas, en este 15 de septiembre que se supone gritamos nuestra libertad.
En vía de mientras sea usted rabiosamente feliz y no vaya a los zócalos que no tenemos nada que celebrar.

Nha Xasgshxo Bihshe